“AVANZA HACIA LA MENTE SUPERCONSCIENTE” ● Parte 3.~
☆ EL PRIMER NIVEL DE LA MENTE
La Mente Consciente (Ka’mamaya Kos’a, en Sánskrito. Ka’ma literalmente significa deseo).
Una vez se le pidió a un sabio que mostrara los milagros de la mente. Señalo a un vendedor de miel en el mercado quien hundía los dedos en un tarro de miel y luego los pasaba sobre la pared de su negocio. Rápidamente docenas de moscas volaron hacia la miel y entonces apareció una lagartija y comenzó a comérselas una por una. Justo en ese momento, un gato saltó sobre la pared, cazó a la lagartija y se la comió. En ese instante un perro vio al gato, lo persiguió por todo el negocio y en una furiosa pelea lo mató. Ahora bien, este era el gato favorito del vendedor quien enojado, dijo a su sirviente que matara al perro. Desafortunadamente este era el perro de su cliente, el cual cuando vio al sirviente del tendero intentando matar al perro se enfureció y atacó al vendedor violentamente.
El sabio preguntó: “¿Ahora están satisfechos? Este es el milagro de la mente, crea deseos de todo tipo ¿¡pueden ver a donde los llevan?!; y esto pasa a cada momento en todas las partes del mundo”.
Esta es en Verdad la característica de la mente consciente, el deseo. Tiene tres funciones: 1) Percibir, 2) Tener deseo o aversión, 3) Actuar. Percibe los estímulos del mundo externo a través de los cinco órganos sensoriales (ojo, oídos, nariz, lengua y piel); desea o rechaza estos estímulos y actúa para materializar ese deseo o aversión con los cinco órganos motores (manos, pies, cuerdas vocales, órganos genitales y órganos excretores).
Por ejemplo, un niño ve (con su órgano visual) a un vendedor de helados en un día caluroso, y oye (con su órgano auditivo) la seductora campanilla del vendedor. Un fuerte anhelo surge en la mente del niño (deseo) por degustar aquel helado. Corre hacia su padre (con sus órganos motores, pies), gime hacia él (con sus cuerdas vocales) para que le de algunas monedas. Vuelve corriendo hacia el vendedor, le entrega el dinero (con sus manos), coge el helado y se lo come.
Otro ejemplo: Estás sentado bajo un árbol cerca de un lago. De repente sietes (con tu órgano sensorial, piel) que un objeto peludo salta en la parte trasera de tu cuello. Tu mente siente una onda de miedo y repulsión (aversión) y recuerdas que esa zona es conocida por sus arañas venenosas. Das un salto, utilizando tus órganos motores (pies) y gritas incoherencias utilizando tus cuerdas vocales.
Considera sólo por un momento tus acciones durante la hora pasada, durante el día de ayer, durante toda tu vida. ¿Cuántas de esas acciones fueron realizadas exactamente de esta forma: percepción de un estímulo externo, deseo o aversión en respuesta a esos estímulos y acciones para materializar aquel deseo o aversión? ¿No están la mayoría de las acciones de nuestra vida provocadas en realidad por los deseos de nuestra mente consciente? Así, los sabios dicen que los diez órganos sensoriales y motores son como diez caballos salvajes atados a la carroza de la mente. Tirado por esos descontrolados corceles en miles de direcciones en busca de placer, la carroza se tuerce de un lado para otro, sacudiéndose y rodando, nunca descansa.
Terminamos en nuestro trabajo o en la escuela, vamos a un restaurante para degustar una comida, luego vamos de compras para adquirir un nuevo objeto para complacer la vista; más tarde vamos a un cine para deleitar los ojos y los oídos. La capacidad de los órganos para disfrutar es limitada y sus objetos de gozo también lo son. Por eso vas de un deseo a otro: ¡Mi estómago está lleno, vamos de compras!; ¡me cansé de hacer compras; vamos a un cine!
Así, en este nivel consciente de deseo instintivo y aversión, los seres humanos son más parecidos a los animales, impulsados por los cuatro instintos básicos que motivan a todas las criaturas inferiores: hambre, sueño, miedo y sexo (En la psicología occidental, el movimiento Behaviorista se concentra primordialmente en la expresión de los impulsos instintivos de la mente consciente a través del comportamiento, ‘behavior’) del cuerpo físico. Debido a que los Behavioristas insisten en que las observaciones deben ser exactamente repetidas, prestan poca atención a los altos estados de conciencia que son difíciles de describir y analizar. A pesar de que mucha gente crítica la naturaleza mecanicista del Behaviorismo, es un hecho que el conocimiento de los behavioristas sobre los principios que condicionan la mente consciente son muy útiles en el aprendizaje teórico), los instintos de autoconservación y reproducción.
Muchas religiones tradicionales a través de los años han enseñado que para ser santos no debemos expresar estos instintos físicos sino que debemos reprimirlos. Pero estos instintos son naturales y en lugar de negarlos, deben ser controlados y canalizados.
La existencia humana, está más allá de donde nos llevan los instintos de la mente consciente cuando éstos activan el cuerpo físico, para gozar del mundo externo a través de los sentidos. Las ideologías materialistas en el mundo actual, que se basan en la satisfacción y en el goce físico, se concentran primordialmente en el aspecto económico de la vida. Tales ideologías crudifican gradualmente a los seres humanos hasta que confinan su existencia sólo a la mente consciente, el nivel más bajo y crudo del SER, y descuidan la elevación mental hacia los niveles más sutiles y expandidos. El mundo necesita una teoría socio– económica que reconozca también los niveles más sutiles de la existencia humana y busque nutrirlos de igual manera como lo hace con el cuerpo físico.
♤ Lee, comprende, reflexiona y espera la siguiente entrega de “AVANZA HACIA LA MENTE SUPERCONSCIENTE”.
☆ Consciencia y Voluntad!!! ♡